Botánica:
La lavanda fina se descubrió en la región del Mediterráneo occidental. Utilizado desde la Antigüedad por los romanos por sus virtudes terapéuticas y olfativas, este arbusto de la familia de las Labiadas mide 50 cm de altura. Las flores púrpuras en forma de corola son las más apreciadas por los humanos y las abejas.
Fabricación:
El aceite esencial de lavanda fina procede de la destilación al vapor de sus sumidades floridas. Para perder el exceso de agua, la cosecha debe secarse antes de la destilación (un preanálisis) durante 1-2 días.
Propiedades:
Externamente, la lavanda fina ha demostrado ser eficaz contra el eczema, el acné, las pequeñas quemaduras y la psoriasis. También se utiliza para aliviar el dolor muscular y articular. La lavanda favorece la cicatrización de las heridas y trata las afecciones cutáneas menores.