Aceite de semillas de granada

El aceite de semilla de granada es muy rico en vitamina E, antioxidante natural, así como en ácido púnico, lo que hace que este aceite sea un tratamiento antienvejecimiento que existen.

La granada, la fruta del paraiso

La granada es un pequeño árbol (hasta 5 metros de altura) que puede vivir varios cientos de años. Sus frutos de color rojo anaranjado, en forma de manzanas, están divididos por numerosas paredes. Las semillas, hasta 400 por granada, se encuentran en las cavidades entre estas paredes. Es a partir de estas semillas que se obtiene el aceite. Los efectos beneficiosos de la granada son conocidos en Oriente desde hace milenios.

Producción del aceite de semillas de granada

En un tornillo sin fin, las semillas limpias y saludables se prensan en una primera presión en frío, sin intervención de solventes ni productos químicos. Luego, el aceite se filtra sucesivamente sobre papel secante. Posteriormente, se almacena el aceite protegido de la luz y el calor.

Propiedades del aceite de semillas de granada

Propiedades del aceite de semilla de granada para la piel

Las semillas de granada contienen ácido púnico (70%), un ácido graso poliinsaturado omega-5 conjugado, estructuralmente similar al ácido linolénico. Rica en tocoferoles (≈ 1650 mg/kg), el aceite de semilla de granada también contiene fitoesteroles y vitamina E. Este aceite se recomienda para pieles reactivas y maduras. Es formulable en todos los productos antienvejecimiento por sus beneficios:

Antioxidante, gracias a su riqueza en vitamina E, fitoesteroles y polifenoles. Protege la piel de los efectos nocivos de los radicales libres, responsables del envejecimiento cutáneo.
Regenerador, gracias a su contenido de omega-5, un ácido graso que estimula la renovación celular y la producción de colágeno. Reduce las arrugas, las líneas finas y las cicatrices.
Nutritiva e hidratante, gracias a su composición en ácidos grasos esenciales, que fortalecen la barrera lipídica de la piel y mantienen su elasticidad y flexibilidad.
Calmante y antiinflamatoria, gracias a sus propiedades calmantes y cicatrizantes. Alivia las pieles irritadas, sensibles o propensas a enrojecimientos.

El aceite de semilla de granada se puede usar puro o mezclado con otros aceites vegetales, como el aceite de borraja o el aceite de rosa mosqueta para potenciar sus efectos. También se puede incorporar a cremas, sueros o mascarillas para el rostro. Se aplica preferiblemente por la noche, sobre la piel limpia y seca, masajeando suavemente con las yemas de los dedos. Es adecuado para todo tipo de piel, pero especialmente para pieles maduras, secas o frágiles.

Propiedades del aceite de semilla de granada para el cabello

El aceite de semilla de granada también se conoce por tener muchos beneficios para el cabello:

Nutre y repara en profundidad, gracias a su riqueza en ácidos grasos esenciales, vitamina E y fitoesteroles. Devuelve vitalidad y salud al cabello sin brillo.
Protege contra las agresiones externas, como el sol, la contaminación, el viento o el frío, gracias a su poder antioxidante y antiinflamatorio. Previene las puntas abiertas, las roturas y las puntas secas.
Fortalece y estimula, gracias a su efecto vasodilatador, que favorece la circulación sanguínea en el cuero cabelludo. Puede ayudar a combatir la caída del cabello y fomentar su crecimiento.
Embellece y proporciona brillo, gracias a su textura ligera y no grasa, que no deja residuos. Aporta flexibilidad, suavidad y brillo al cabello, sin apelmazarlo ni engrasarlo.

Además de su delicioso y refrescante sabor, la granada tiene beneficios para la salud, como la reducción de la presión arterial, la acción antiinflamatoria, las propiedades anticancerígenas, la salud cardíaca, la función cognitiva, la sexualidad y el rendimiento deportivo.

Dato curioso: Si la granada fortalece y estimula la circulación sanguínea en el cuero cabelludo, su efecto vasodilatador le confiere beneficios en la sexualidad. La granada mejora las erecciones y aumenta la libido tanto en hombres como en mujeres.

Composición en ácidos grasos

Ácido púnico (AGPI omega-5): 60 a 90 %.
Ácido oleico (AGMI omega-9): 2 a 20 %.
Ácido palmítico (AGS): ≤ 5 %.
Ácido esteárico (AGS): ≤ 5 %.
Ácido araquídico (AGS): ≤ 1 %.
Ácido behénico (AGS): ≤ 1 %.
Ácido alfa-linolénico (AGPI omega-3): ≤ 1 %.
Ácido eicosenoico (AGMI omega-9): ≤ 2 %.
Ácido linoleico (AGPI omega-6): 2 a 15 %.